Epístola
El tiempo, gran autor de novedades
–el qual de hora en hora va mudando
los fines, la occasión, las voluntades:
aora en el ageno amor fundando
5una intención que d’ante estava essenta
y entre descuydos lícitos holgando;
aora en arrojalla sin más cuenta
a querer bien y dar con ella en cosa
que no hay salir jamás con lo que intenta;
10aora en ver una purpúrea rosa
y dar la vida, el alma, el pensamiento
a la imaginación de ser hermosa;
aora en yr haciendo el sentimiento
un edificio alto y sumptuoso,
15muy desigual por cierto a su cimiento–,
me haze dar al trance peligroso873
de amor la pluma mía, que cansada
la tiene un mal que descubrir no oso.
[143r] Tu alma, que de amor está cercada,
20converse con la mía, trate y cuente,
que no menos está d’amor prendada.
Tratar con hombre sano el qu’es doliente,
tratar con hombre libre el qu’es cautivo,
si es cosa natural no es conveniente.
25Si tu camino miro y lo describo,
si pienso de tu amor los fundamentos,
ni entiendo si estás muerto o si estás bivo.
Con tantos casos, tantos movimientos,
con tantas esperiencias escusadas,
30¿quién puede sustentar los pensamientos?
A un bien no da el favor dos aldavadas874
a la puerta del alma, quando viene
el disfavor siguiendo sus pisadas.
Bien puede ser amor, porqu’esso tiene,
35pues como en paños, sedas, hay colores,
las hay en esto que con él aviene.
Lo que uno juzgará que son favores,
el otro pensará que es otra muerte,
que assí acontesce siempre entre amadores,
40[143v] y lo qu’el uno tiene a buena suerte,
el otro tiene a mala, de manera
que al blanco875 del amor no hay quien acierte.
Pero que siga y passe una carrera
un cavallo español muy orgulloso
45y pare al tiempo que la rienda quiera,
y que un rocín muy flaco y asqueroso
no corra, ya de coxo y mal domado,
ni pare, ¡o, caso estraño y milagroso!
Fortuna, que t’ha puesto en tal estado,
50quánto mayor merced te huviera hecho
en que a la clara876 fueras desamado.
¿Qué cosa es verte ayer muy satisfecho,
y hoy del crudo amor tan desabrido,
que rompa el corazón con ira el pecho?
55¿Qué’s ver un pensamiento distraído
de cosas importantes y pesadas,
y a las que importan poco muy rendido?
¿Qué es ver unas palabras muy pensadas
en lengua de muger, y cómo vienen
60tan fuera de propósito encaxadas?
[144r] Con una ocasión misma se os detienen
de daros el favor, y, con aquella,
vendrán a dar aun más de lo que tienen.
Guardaos de la esperança, porque en ella
65os fundan todo el mal, todo el tormento,
del qual os guardaréis877 si estáis sin ella.
¿Qué cosa es esperar contentamiento,
y ver en la que os mata muestras d·ello,
librándooslo después en más tormento?
70Ymaginad el rostro y el cabello,
los ojos, pecho, el cuello delicado,
veréis lo que halláis después en ello:
las osadías sin tiempo y el cuydado878
de daros a entender que todo es oro
75lo que reluze y el sayal879 brocado.880
Rosenio, por mi mal lo sé de coro,881
y aun tú podrías sabello a no hazerte
el crudo amor bolver mil vezes moro.
¿Qué piensas qu’es amor? Por dicha, muerte.
80Pluguiera a Dios que en fin, si muerte fuera,
allí tuviera fin la mala suerte.
[144v] Es una dulce llaga, una manera
de daros un veneno cortésmente,
que ture y no s’acabe aunque hombre quiera.
85Es disfraçar un fuego estraño, ardiente,
debaxo d’una gracia y hermosura
que hasta hazeros brasa no se siente.
Verdugo muy cruel de la cordura,
pues da garrote882 al seso, de tal suerte
90que no sabe entender su desventura.
Gentil cosa es poner tu alma en parte
qu’esté a merced d’otra alma, y tan essenta883
que pueda hazerte alegre y enojarte,
o, que tan libre esté que haga cuenta
95de grandes qualidades y otras cosas,
lo qual donde hay amor jamás se cuenta.
No fíes, no, en palabras amorosas,
no fíes en mirar ni ser mirado,
que al fin vienen a ser muy más dañosas.
100Yo quisse bien y fui sin duda amado,
mas no me turó más de hasta que vino
quien meresció mejor tan buen estado.884
[145r] Y tal estava yo, que me convino
dissimular aquello qu’entendía,
105teniendo mi sospecha a desatino.
¿Qué piensas, pues, que la señora mía
conmigo trabajó885 porque yo, triste,
suffriesse en su servicio compañía?
Suffrila yo algún tiempo y tú lo viste,
110pero, después, me dixo el desengaño
a costa mía lo que allí consiste.886
Y assí, porqu’entendiesses el engaño
d’amor, que ya de oídas conoscías,
y de sus hechos el estrago y daño,
115me puse a traducir el gran Ausías,887
que ha sido fénix888 cierto en entendello
y en él gastó también sus tristes días.
Si el mal te da licencia,889 mira en ello;
no sigas este amor confuso y loco,
120pues, aunque aya puesto el yugo al cuello,890
me voy saliendo d·él muy891 poco a poco.
Fin.
Epístola
Baxa, Syreno, el elegante stylo,
no pongas en el cielo tus palabras,
pues vees cómo me tiene la fortuna
en su más baxo centro893 sepultado.
5Ygual stylo fuera, ygual ingenio,
sabello emparejar con mi ventura,
dezir palabras tristes tan humildes,
como me tuvo siempre aquella fiera.
Aquella cautelosa affición suya,
10aquel fingido amor, que tan de presto
quebró como la línea delicada
de ado más peso cuelga del que çufre.
Pues ya que en mi passión gastast’el tiempo
y tus palabras dulces bien medidas,
15¿qué puedo yo hazer sino mirallas,
como haze el aldeano y sus hijuelos,
a quien a la ciudad de nuevo trae,
y ven passar la dama, el cavallero,
[146r] los trajes, las preseas,894 los vestidos
20y no los miran más que por mirallos,
que lo demás no cabe en su ventura?
Lo qu’en amor passé no lo has escripto;
lo que has passado, sí, muy bien lo creo.
Por tu passión te arrojas a la mía.
25¡Ha, Syreno, Syreno! ¡Y quán estrechos
caminos hallarás en mi jornada!
¡Por quántos riscos me llevó fortuna!
¡Quánto caer y levantarme al punto!
¡Quánta duda en un caso y en el mismo!
30¡Quán grande confiança y quánto engaño!
Un solo aviso tuve y fue bien solo,
mas yo lo tuve en fin, no hay duda en ello.
Jamás recebir quise algún contento
a quien no examinasse estrechamente,895
35y en el estrecho examen le hallava
un cierto descontento, una tristeza,
qu’amor me dava allí, por contrapeso.
Valiom’esto después, Syreno mío,
[146v] para quedar, quiçá, con más alivio
40que aquel que te dexó Diana896 un tiempo.
No niego qu·este897 alivio ha sido poco,
según el grand’amor, según la pena,
según las muestras y según la gloria,
que a vezes me comete898 y se retira,
45mas vame en fin teniendo sobre el agua;
de sus consejos, tomo aquella parte
que acaso más cortaste a mi medida.
Mas, ¿qué haré que yendo d’uno en otro
descubro cosas nuevas cada día,899
50y nuevos pensamientos, nuevas ravias?
No sé si si vo adelante o me retiro;
el pensamiento va sin yo querello.
La rienda tira al seso, el qual pretende
hazer que pare el pensamiento a raya,
55y las espuelas hinca allí el desseo.
Yo estoy mirando como quien de lexos
sus dos amigos ve en900 el desafio,
y l’es forzado allí no despartillos,
[147r] porque sería, quiçá, mayor deshonrra,
60y assí estoy esperando ver tendido
en medio d’esse campo qualquier d’ellos,
y pienso que aun no basta todo esto.
Sentid cómo el amor tuvo en el lazo901
mi coraçón cansado y affligido.
65¡Adiós, Sireno mío; adiós, Sireno!
No sé dezirte más, no más palabras.
Tomado he gran licencia en responderte.
El gran Ausiàs recibo y te prometo
de no dexar jamás su compañía.
70En él pretendo yo hallar consuelo,
si acaso puede havello en tanto daño.902
Fin.
Pues el tiempo es tan cruel
y el bueno tan poco tura,
en tan buena coyuntura
digamos mil males d·él.
5Que, si ya como remoto
no quisiere dar oýdo,
en fin quedará corrido
quien le fuere más devoto.
Este tiempo desvariado
10sirve a los que sabios son
para dalles occasión
de llorar por el passado.
Llévaos vuestro pensamiento
por do no le veys andar,
15hasta que venís a dar
en mil castillos de viento.
El nescio es hoy admitido
y de príncipes honrrado,
[148r] pues ¡triste del avisado904
20que en este tiempo ha nascido!
¿Sabéys lo que d·él harán,
aunque tenga más saber?
Que o no terná qué comer
o nescios le comerán.
25Qu’en este tiempo he hallado
qu’el qu·es bueno es abatido,
el nescio veréys ganado,
el discreto anda perdido.
D’aquí nascen confusiones,
30nascen descontentamientos,
piérdense las opiniones,
báxanse los pensamientos.
A quien más se deve honrrar
esse solo se deshonrra,
35viene a quitaros la honrra
la passión particular.
Procurad de ser honrrado,
que la honrra más perfecta
[148v] la veréys estar subjecta
40a la passión d’un privado.
Hoy reynan las vanidades,
todo en fin es vanidad;
múdanse las voluntades,
no hay firmeza en voluntad.
45Luego veys aborrescido
lo que más se desseó,
y lo que ayer se ganó
mañana lo veys perdido.
Todas s’entregan por cuenta
50las cosas en esta vida,
y a quien dan mayor medida
menos con ella sustenta.
Juzgará por accidente905
quien no mira lo passado,
55mas quien lo ha considerado
sabe proveer lo presente.
No miramos los primeros
sino casi por hystoria,
[149r] y assí no ternán memoria
60de nosotros los postreros.
Vas·el tiempo passo a passo,
hora y días medidos,
liberal d’estos olvidos
y de memorias escasso.
65Vi muchas deleytaciones,
riquezas, bienes estraños,
y en todo cien mil engaños,
dolores, tribulaciones.
Con trabajo906 los juntáys,
70con cuydado los regís;
si los tenéis, no dormís;
déxanvos907 o los dexáys.
Vi mil malos908 enterrados
y lo que d’ellos dezían,
75y vilos quando bivían
ser por sanctos adorados.
Veo lo qu’el bueno inspira
tenello el malo a maldad,
[149v] y vi llevar la mentira
80los premios de la verdad.
Tiempos hay para sembrar
y tiempos para coger;
tiempos ay para mandar,
tiempos para obedescer.
85Ociosos y occupados
vi perder días y años,
y vi que los engañados
nunca admiten desengaños.
Vi mil movimientos varios,
90que del tiempo son testigos;
vi los pobres sin amigos
y los ricos sin contrarios.
Vi mil pensamientos feos
conservarse en un estado,
95y a los mayores desseos
faltalles lo desseado.
Vi a los más codiciosos
tener largos despenseros,909
[150r]910 y vi nescios ociosos
100quedar por sus herederos.
Trata el mundo como buenos
los menos merescedores,
y de trabajos agenos
los haze el tiempo señores.
105Vi muy bastantes razones
ahogadas entre vicios
y olvidar grandes servicios
con pequeñas occasiones.
Vi la clemencia perdida,
110y de modo tan estraño
que os guardan el desengaño
hasta el fin de vuestra vida.
Vi pretender dignidades,
títulos, honrras y estados
115los menos exercitados
en saber dezir verdades.
Vi que las informaciones
encubren grandes dolencias,
[150v] por donde son las sentencias
120hijas de las opiniones.
Jamás vi ningún estado,
contento perfectamente.
Unos gimen lo presente,
otros lloran lo passado;
125unos de fortuna quexan,
otros de tiempos mudados;
y assí los qu’el mundo dexan
son los bienaventurados.
Fin.911
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872 Este paratexto posfacial aparece en V, pero no ZM, seguramente porque, tras el nombre “Rosenio”, destinatario de la epístola, se oculta Simón Ros, quien, como indicamos en la “Introducción” (apartado 3), se relacionó con sectores erasmistas, filoluteranos y judeoconversos y pudo haberse granjeado una fama de personaje sospechoso a los ojos de la Inquisición. El antropónimo, por lo demás, coincide con el del protagonista de Los siete libros de Diana (Montero ed., 1996), novela pastoril del mismo Jorge de Montemayor, que publicó justo un año antes de su traducción castellana de las poesías de Ausiàs March. En esta novela, Sireno ama a Diana, que le corresponde, pero que también es requerida de amores por Silvano, otro pastor. Sireno se ve obligado a trasladarse a otro lugar y, a su regreso, descubre que su pretendida se ha casado con Delio, un tercer pastor. Tanto el contenido de esta epístola como el de la siguiente están claramente imbricados con el de la Los siete libros de Diana (Martínez, en prensa).
873 En el verso 16 se reanuda la oración iniciada en el v. 1, tras el largo inciso que contienen los versos 2-15.
874 aldavadas: ‘golpes dados con una aldaba’.
875 al blanco: ‘en la diana’.
876 a la clara: ‘claramente’.
877 guardaréis: ‘libraréis’, ‘preservaréis’.
878 cuydado: ‘interés’.
879 sayal: ‘tela muy basta’.
880 brocado: ‘tela entretejida de oro o plata’.
881 de coro: ‘de memoria’
882 da garrote: ‘ejecuta’. La locución dar garrote alude al procedimiento usado para ejecutar a un condenado a muerte comprimiéndole la garganta mediante mecanismos que han variado a lo largo del tiempo.
883 essenta: ‘libre’.
884 Los versos de este terceto aluden claramente a lo que le sucede al personaje Sireno de Los siete libros de Diana, víctima de la infidelidad de la protagonista de la novela, que aquí parece ser un alter ego literario del propio Montemayor.
885 trabajó: ‘se esforzó’.
886 lo que allí consiste: ‘lo que realmente había en ella’.
887 Transcribo aquí Ausías como palabra llana por exigencias de la métrica, con el fin de evitar un verso hipométrico.
888 fénix: ‘el único’.
889 te da licencia: ‘te lo permite’.
890 El sujeto es yo.
891 muy] mi V.
892 Como en el caso anterior, esta epístola solo aparece en V, pero no en ZM, muy probablemente por las mismas razones ya indicadas. El texto se presenta como la respuesta de Rosenio a la misiva anterior de su amigo Sireno (ver nota 872).
893 en su más baxo centro: ‘en el punto más bajo de su rueda’.
894 preseas: ‘alhajas’, ‘joyas’.
895 estrechamente: ‘minuciosamente’.
896 La alusión a la protagonista de la novela de Montemayor citada anteriormente arriba (ver nota 872) es aquí totalmente explícita.
897 qu·este] qu·ste.
898 comete: ‘acomete’.
899 cada día] cad’aldia V.
900 ve en] v’e en V.
901 lazo: ‘red para la caza’.
902 El conjunto de epístolas que conforman esta y la anterior ofrece un ingenioso juego literario: Sireno –protagonista de la Diana de Montemayor y, aquí, alter ego de este– ha traducido los versos de Ausiàs March para consolar a Rosenio –alter ego de Simón Ros y dedicatario real de esta traducción–, que está afligido por una infidelidad amorosa y acepta de grado el trabajo literario que le ofrece su amigo para que tome buena nota de los conocimientos acerca del amor que el autor valenciano supo plasmar en sus poesías.
903 Este poema es el último paratexto posfacial de V y, a diferencia de los dos anteriores, se reproduce también en ZM. En estos dos últimos testimonios, va inmediatamente seguido de la reedición de la traducción castellana de las poesías de Ausiàs March realizada por Baltasar de Romaní (March, 1539), bien que parcial, ya que solo recoge las no incluidas en la versión de Montemayor, o sea, las que constituyen las secciones denominadas cántica moral, cántica de muerte y cántica espiritual.
904 avisado: ‘inteligente’.
905 accidente: ‘circunstancia fortuita’.
906 trabajo] trabajos ZM. trabajo: ‘esfuerzo’.
907 dexanvos] dexan os VZM.
908 malos] males ZM.
909 largos despenseros: ‘dadivosos dispensadores de bienes’.
910 Restituyo el número de folio que falta en V.
911 Fin] Fin de los Cantos de Amor de mossén Ausiàs March M.